El economista Gabriel Fridrij analizó este lunes en LA GACETA las expectativas económicas tras las elecciones. Durante la charla con LG Play, se mostró sorprendido por los resultados y sostuvo que, más allá de los factores que los explican, el mercado reaccionó de manera positiva

“Uno vio que bajó la cotización del dólar, las tasas se van a ir ajustando de a poco también a la baja. Las acciones subieron, los bonos subieron. Es como que hay un clima de optimismo en términos de las variables económicas más relevantes y las que la sociedad sigue con atención”, dijo.

Fridrij consideró que esta situación representa una oportunidad para implementar cambios estructurales en el país. “Es una segunda oportunidad para tomar conciencia de lo que no se hizo bien hasta ahora. Controlar la inflación y buscar equilibrio fiscal está bien, pero la gestión del tipo de cambio y las tasas no fue la adecuada. Esto obliga a apoyos externos que de otra manera no serían necesarios”.

Según el economista, los próximos pasos deberían enfocarse en reformas fundamentales. “La reforma tributaria, laboral y previsional son muy importantes para continuar en un sendero de crecimiento sostenible. Pero para llegar a estos cambios hay que tender puentes políticos, legislativos y con los distintos sectores productivos para dinamizar la actividad económica”.

Fridrij identificó dos deudas urgentes del gobierno: la acumulación de reservas y la recuperación de la actividad económica. “Hay que asegurar el crecimiento de las reservas y empezar a trabajar para que la actividad repunte. La volatilidad es el peor ingrediente para tomar decisiones de consumo, producción, inversión y ahorro”, advirtió.

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Respecto a la mejora del poder adquisitivo, el economista explicó que una reducción de la tasa de interés permitiría dinamizar la economía y generar un efecto positivo en salarios, consumo e inversión, siempre manteniendo control sobre la inflación. “Hay que buscar un punto de equilibrio donde ni tasa, ni tipo de cambio, ni inflación estén en un extremo, sino en niveles razonables para asegurar un sendero de crecimiento”.

Finalmente, destacó la importancia del apoyo político y externo como herramienta para proyectar a largo plazo. “El apoyo de Estados Unidos y la gobernabilidad que tiene el gobierno le permiten mantener logros como el equilibrio fiscal y un descenso gradual de la inflación, condiciones iniciales para pensar en un proceso de largo plazo. Pero esto requiere coherencia entre el discurso y lo que se planifica en la economía real, así como escuchar a la sociedad”.